lunes, 7 de abril de 2014

9 DE ABRIL DE 1948, 9 DE ABRIL DE 2014.




El 9 de abril de 1.948 sucedió uno de los eventos más recordados de la historia de nuestro país: El Bogotazo. Ese día, el caos, la violencia y la anarquía se tomaron las calles de la capital y las cubrieron con fuego y sangre. Sangre campesina, sangre citadina, sangre conservadora, sangre liberal, sangre colombiana; sangre, al fin y al cabo.

Muchas cosas se han dicho sobre la importancia política y social de El Bogotazo, de lo que implicó ese estallido rabioso de "La Violencia" partidista. Pero no se puede ignorar que el 9 de abril no fue el día en el que el país entró en caos, porque las décadas anteriores ya registraban acontecimientos importantes en este sentido, y que hablan de la barbarie y la inequidad que se vivía en algunas zonas de nuestro país. El 9 de abril de 2014 se cumplen 66 años de El Bogotazo, y tal parece que pocas cosas han cambiado desde entonces. Tal vez la violencia se ha transformado en su estructura en estos años y no se vive de la misma manera que en la década del 50, o del 60, pero sigue presente en muchas regiones de Colombia. También es evidente que la inequidad y la segregación, y junto a ello la violación de los derechos humanos,  hacen parte de la historia reciente de nuestro país, y casi podría decirse que hace  parte de la cotidianidad de los colombianos. 

Alrededor de estos temas, en El Parque Biblioteca Guayabal, tendremos un encuentro el próximo miércoles 9 de abril a las 10 de la mañana, en un espacio que hemos nombrado Lecturas para la memoria: El Bogotazo. Los invitamos a que nos acompañen en este  conversatorio para discutir aspectos relacionados con este importante suceso histórico. 

A continuación, se puede leer un párrafo extraído del texto Los sucesos del 9 de abril de 1948 como legitimadores de la violencia oficial, escrito en 1.998 por Ricardo Arias, y que fue publicado en la revista Historia Crítica de la Universidad de los Andes 16 años atrás,  justo cuando se cumplieron 50 años de El Bogotazo: 

"El 9 de abril fue eso para las élites, una oportunidad más para deslegitimar al "exterior de lo social": el populacho, los revoltososos, los salvajes. Y como lo dijimos desde un comienzo, la historia, en ese sentido, no ha cambiado mucho cincuenta años después, pues hoy en día los campesinos movilizados, los trabajadores en huelga, los defensores de los derechos humanos, y tantos otros sectores e individuos, siguen siendo vistos por el Estado y por una parte de la sociedad como elementos manipulados por las guerrillas comunistas y, por eso mismo, altamente peligrosos para el país. En el fondo, el "otro", cualquiera sea su rostro, no tiene cabida en una sociedad que ha erigido a la intolerancia y a la exclusión en pilares básicos de su funcionamiento. Es por ello que la asombrosa debilidad de los movimientos de oposición, que ha caracterizado a Colombia a lo largo de toda su historia, no puede ser desligada de esa visión que, desde las altas esferas, se ha tenido -y se ha difundido exitosamente- del "otro", visión que legitima la represión sistemática con que éste ha sido combatido. No olvidemos que la estabilidad de nuestro régimen "democrático" ha reposado en regímenes de excepción. Dentro de ese contexto, las recientes advertencias dirigidas por la Comunidad Europea al gobierno colombiano por su tendencia a criminalizar las protestas sociales resultan sin duda refrescantes, pero, al mismo tiempo, no deja de ser profundamente vergonzoso y humillante que la atención de un país en torno al respeto de los derechos humanos esté determinada por las presiones económicas de la comunidad internacional".


Quedan pues abiertas las preguntas. Los esperamos.


El artículo completo se puede leer siguiendo este enlace: 
http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/revistas/rhcritica/arias.htm

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